Ahora, que algunos en el PRM corren a buscar ayuda, es imprescindible algunos análisis sobre el perfil del alcalde de Santo Domingo Este, Manuel Jiménez.
Hoy es día 22/01/2024, a pocos delas próximas elecciones de febrero 2024
Manuel es el nombre más mencionado en la actual campaña electoral en Santo Domingo Este, a pesar de no ser candidato. Su decisión de respaldar exclusivamente al presidente y, por supuesto, a la corriente de liderazgos candidatos a regidores que surgieron de las primarias que lo excluyeron de manera fraudulenta, ha revelado la verdadera situación interna del PRM de cara a las próximas elecciones municipales.
El Alcalde retomó sus funciones normalmente justo un día después del proceso fallido, demostrando más energía y aumentando sus acciones para resaltar la gestión en la que ha tenido que enfrentar mafias arraigadas en el statu quo del municipio, adversarios políticos y, sobre todo, conflictos internos en el partido. Esto incluye a un presidente que aspira a la alcaldía y promueve el mensaje de «si perremeistas y no perremeistas», además de enfrentamientos con regidores que buscaban una administración basada en dádivas, llevando a conflictos irreparables, hasta el día de hoy.
Manuel Jiménez es uno de esos individuos que nacen pocos y que, posiblemente, al explorar su historia personal, se pueda comprender por qué es tan recto en temas éticos, dispuesto a enfrentar agresiones, difamaciones y obstáculos políticos, pero sobre todo, incomprendido, sin renunciar a sus principios.
En una sociedad que no venera ni respeta a sus héroes, donde saludar a la bandera se ha convertido en un mero acto superficial, no es sorprendente que individuos «como Manuel», similares a aquellos que dieron la vida por la creación y formación de la patria, no sean comprendidos.
La sociedad está compuesta por todo tipo de personas, pero son aquellas con ética las que guían, mientras que del otro lado, sin ética, honestos y del otro lado, ladrones, delincuentes, mañosos y del otro lado, respetuosos de lo institucional. Por lo tanto, los individuos «como Manuel» estarán toda la vida luchando porque, del lado al que pertenecen en la sociedad, son los que se esfuerzan por trabajar por el bien común, mientras que sus adversarios piensan en cómo aplastar a aquellos que, por honestidad, compromiso y principios, no les permiten cometer actos ilícitos.
Algo es claro. Para las fuerzas vivas municipales e incluso nacionales, Manuel es el líder del partido y de la ciudad. Él era el candidato que garantizaba derrotar a sus oponentes con relativa facilidad, precisamente porque la obra que hoy se está mostrando con la dedicación que debería haberse hecho anteriormente era la evidencia para derrotar electoralmente a los demás.
Manuel será, sea cual sea el resultado electoral, el nombre más mencionado tanto por las fuerzas vivas del municipio como por los habitantes y será quien domine el ámbito político.
La obra de Manuel, no reconocida por los dirigentes de su partido y menos por el candidato, sí lo es por el pueblo, lo que contribuirá significativamente al destino de esa organización política y a los nuevos liderazgos, pues estos se separarán precisamente de aquellos que ahora tenían responsabilidades y no las cumplieron, de sus errores.
Perder las primarias solo no le permite ser alcalde para el 2024, pero le convierte, primero, en víctima de un proceso de fraude; segundo, los malos números del candidato demuestran «impuesto», destacan el liderazgo real y si alguien sabe qué hacer con el rol que le tocó vivir, se llama Manuel Jiménez.
Manuel es de esos personajes, entes políticos extraños, a quien le importa lograr objetivos pero jugando limpio, incapaces de fomentar, aplaudir o ser parte de la delincuencia políico electoral, como parte de su formación y modificar esto, es imposible.
No es posible, desde mentes políticamente no formadas o acostumbrados a los malos métodos de «salirse con la suya» más que ganar, entender a personas como Manuel Jiménez que es el estirpe de quienes, ejemplo, se alzaron en armas por defender su país de la opresión.
Dijo Martí: «La patria es ara y no pedestal» y en la vida política unos vienen a servirse y otros, a servir, desde los unos no se pueden comprender a los últimos.
Lo que está claro es que en medio de la tormenta no creada por Manuel, nadie, y menos los que no entendieron su liderazgo e irrespetaron su posicionamiento y la decisión de la militancia en votar por el alcalde, pueden pedir endoso, pues «los como Manuel» no negocian principios, así de crudo, así de «inquebrantable» e «imcrompresible».